La decoración de las calles incluía elementos relacionados con la comida.
Carrer Vallespir
Se recreó el mundo de los dulces. No faltó ninguno.
Carrer de Santa Cecília
La Navidad fue el objeto que centró la decoración. Y, cómo no, no faltaron los turrones, el cava...
Plaça de la Farga
La plaza se transformó en un espacio de verano. Y, por tanto, estaba presente una botella con su contenido bien frío.
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