El marcado carácter de La Boqueria queda bien patente este año, que hacen una celebración bien potente de sus 180 años. No 175 o 200, no ... 180.
Entre los diferentes eventos que servirán para celebrar esta edad tan peculiar es "El xef convidat", un espacio donde reconocidos cocineros van al mercado a hacer una masterclass.
Y la primera, fue de Romain Fornell, un cocinero con estrellas Michelin (el Caelis en Barcelona, por ejemplo) y que gestiona diferentes proyectos culinarios (como el renacimiento de Casa Leopoldo o los hermanos pequeños del Caelis en el hotel Ohla ).
Su masterclass fue un homenaje a las verduras. Todos los platos que cocinó tuvieron como eje central los elementos vegetales. Y con perfume trufado, ya que la trufa estuvo presente en todos los platos.
Primero, una sopa de cebolla homenaje a Paul Bocuse, ya que era una versión de la que hizo el mito de los fogones para Valéry Giscard D'Estaign.
Después, vino una alcachofa con una salsa de mantequilla blanca trufada. Una maravilla que respetaba absolutamente el sabor de la verdura, nada escondido por la grasa de la mantequilla.
El puerro con salsa verde que vino después estaba delicioso. Recordando a los calçots, pues estaba asado, el puerro tenía una textura suave y el dulzor estaba equilibrado por el punto ácido de la salsa.
Personalmente, la sorpresa llegó con el falso risotto de apio nabo. Falso risotto porque no había arroz: el apio-nabo cortado muy pequeño era la base del plato. Romain Fornell, demostró que era posible hacer un risotto (aunque con truco, por el trabajo de cortar bien pequeña la verdura) en poco tiempo, ya que el apio-nabo no tarda tanto como el arroz en cocerse.
Mezclando remolacha cruda con cocida, nos presentó un tartar de remolacha muy bonito. Y, mira, una forma con la que podré comer remolacha sin problemas.
Por último, el maravilloso guisante lágrima del Maresme fue el protagonista, en un plato donde estaba ligeramente cocido en un caldo vegetal y cubierto por un velo vegetal que le daba vistosidad.
Mientras nos acabábamos los platos, en Romain Fornell hizo una defensa del producto de proximidad, de temporada y de la importancia del mercado como agente donde conseguir buen material.
Entre los diferentes eventos que servirán para celebrar esta edad tan peculiar es "El xef convidat", un espacio donde reconocidos cocineros van al mercado a hacer una masterclass.
Y la primera, fue de Romain Fornell, un cocinero con estrellas Michelin (el Caelis en Barcelona, por ejemplo) y que gestiona diferentes proyectos culinarios (como el renacimiento de Casa Leopoldo o los hermanos pequeños del Caelis en el hotel Ohla ).
Su masterclass fue un homenaje a las verduras. Todos los platos que cocinó tuvieron como eje central los elementos vegetales. Y con perfume trufado, ya que la trufa estuvo presente en todos los platos.
Primero, una sopa de cebolla homenaje a Paul Bocuse, ya que era una versión de la que hizo el mito de los fogones para Valéry Giscard D'Estaign.
Después, vino una alcachofa con una salsa de mantequilla blanca trufada. Una maravilla que respetaba absolutamente el sabor de la verdura, nada escondido por la grasa de la mantequilla.
El puerro con salsa verde que vino después estaba delicioso. Recordando a los calçots, pues estaba asado, el puerro tenía una textura suave y el dulzor estaba equilibrado por el punto ácido de la salsa.
Personalmente, la sorpresa llegó con el falso risotto de apio nabo. Falso risotto porque no había arroz: el apio-nabo cortado muy pequeño era la base del plato. Romain Fornell, demostró que era posible hacer un risotto (aunque con truco, por el trabajo de cortar bien pequeña la verdura) en poco tiempo, ya que el apio-nabo no tarda tanto como el arroz en cocerse.
Mezclando remolacha cruda con cocida, nos presentó un tartar de remolacha muy bonito. Y, mira, una forma con la que podré comer remolacha sin problemas.
Por último, el maravilloso guisante lágrima del Maresme fue el protagonista, en un plato donde estaba ligeramente cocido en un caldo vegetal y cubierto por un velo vegetal que le daba vistosidad.
Mientras nos acabábamos los platos, en Romain Fornell hizo una defensa del producto de proximidad, de temporada y de la importancia del mercado como agente donde conseguir buen material.
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