El Cook and Travel Fest abrió sus ponencias con Takashi Ochiai.
Este maestro japonés nos habló de sus inicios de pastelero en Barcelona, hace 36 años. En un principio, hacía pastelería catalana, pero un buen día, un empresario, con la oficina en la zona, que había visitado Japón le pidió si le podía hacer unos dulces japoneses que le habían gustado mucho: los mochis. Y lo hizo. La noticia se expandió y diferentes restaurantes japoneses de Barcelona le pidieron mochis. Ante la aceptación de los dulces, los incluyó como producto habitual.
Los mochis se usan para celebraciones, pues significan felicidad. Son tan especiales que en Japón hay una bolsa que se pone a los niños para aprender a caminar, en la que se pone massa de mochi en unos bolsillos (en la espalda y el pecho del niño) para equilibrarlo y que aprenda a caminar por sí mismo. Se dice que el mochi es un dulce con 600 años de historia, introducido en Japón por un maestro chino, que hizo una variante del Manju.
La base del mochi es la harina de arroz glutinoso, que se mezcla con agua y se cuece al vapor. Los rellenos pueden ser muy variados, siendo uno muy típico de primavera el de Sakura.
Además de los mochis, Takashi Ochiai habló de otros elementos y preparaciones de la pastelería japonesa, como el Castera, un bizcocho creado por los misioneros europeos para comerlo en la ceremonia del té. Se dice que se inventó hace unos 100 años en Nagaski.
La azuki tiene mucha presencia en la pastelería japonesa, como pasta dulce que rellena muchas preparaciones.
Así mismo, un producto estrella es el té Matcha. El maestro Ochiai dijo que ellos usan unos 400 kg por año. Los usan en muchos productos, más de 10 referencias. Para el bizcocho de té Matcha, añade clorofila para mantener el color verde.
Preguntado por el futuro de la pastelería, hizo una declaración ciertamente sorprendente y valiente: dijo que los macarons desaparecerán de la oferta de dulces en nuestra casa, pues es un producto con presencia de colorantes y materia grasa y, actualmente, el público quiere cosas más sanas.
También avisó que los individuales (pasteles en formato pequeño, para ser comidos por una person) se venden más que los pasteles grandes, ya que permite pensar en los gustos particulares de cada comensal.
Para terminar, probamos los deliciosos dulces que se hacen en la pastelería del maestro Ochiai.
Este maestro japonés nos habló de sus inicios de pastelero en Barcelona, hace 36 años. En un principio, hacía pastelería catalana, pero un buen día, un empresario, con la oficina en la zona, que había visitado Japón le pidió si le podía hacer unos dulces japoneses que le habían gustado mucho: los mochis. Y lo hizo. La noticia se expandió y diferentes restaurantes japoneses de Barcelona le pidieron mochis. Ante la aceptación de los dulces, los incluyó como producto habitual.
Los mochis se usan para celebraciones, pues significan felicidad. Son tan especiales que en Japón hay una bolsa que se pone a los niños para aprender a caminar, en la que se pone massa de mochi en unos bolsillos (en la espalda y el pecho del niño) para equilibrarlo y que aprenda a caminar por sí mismo. Se dice que el mochi es un dulce con 600 años de historia, introducido en Japón por un maestro chino, que hizo una variante del Manju.
La base del mochi es la harina de arroz glutinoso, que se mezcla con agua y se cuece al vapor. Los rellenos pueden ser muy variados, siendo uno muy típico de primavera el de Sakura.
Además de los mochis, Takashi Ochiai habló de otros elementos y preparaciones de la pastelería japonesa, como el Castera, un bizcocho creado por los misioneros europeos para comerlo en la ceremonia del té. Se dice que se inventó hace unos 100 años en Nagaski.
La azuki tiene mucha presencia en la pastelería japonesa, como pasta dulce que rellena muchas preparaciones.
Así mismo, un producto estrella es el té Matcha. El maestro Ochiai dijo que ellos usan unos 400 kg por año. Los usan en muchos productos, más de 10 referencias. Para el bizcocho de té Matcha, añade clorofila para mantener el color verde.
Preguntado por el futuro de la pastelería, hizo una declaración ciertamente sorprendente y valiente: dijo que los macarons desaparecerán de la oferta de dulces en nuestra casa, pues es un producto con presencia de colorantes y materia grasa y, actualmente, el público quiere cosas más sanas.
También avisó que los individuales (pasteles en formato pequeño, para ser comidos por una person) se venden más que los pasteles grandes, ya que permite pensar en los gustos particulares de cada comensal.
Para terminar, probamos los deliciosos dulces que se hacen en la pastelería del maestro Ochiai.
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