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Además del Marisma y del Bomba, varintes usadas en la cocina catalana tradicionalmente, tuve la ocasión de cocinar con el Carnaroli, una de las variedades de arroz ideal para hacer risottos.
Obviamente, lo que cociné fue:
Risotto de mejillones
Cocinar al vapor unos 24 mejillones. Quitarles las cáscaras y colar el agua. Freir una cebolleta mediana y un pimiento verde pequeño cortados pequeños en un poco de aceite. Cuando estén fritos, añadir un diente de ajo cortado muy pequeño y una cucharada de perejil. Después, añadir dos vasos de arroz. Remover. Añadir medio vaso de cerveza. Cuando se haya reducido, añadir unas hebras de azafrán y el agua de los mejillones, agua o caldo de pescado poco a poco. Controlar el nivel de sal. Cuando el arroz esté casi cocido, añadir los mejillones y terminarlo con una cucharada de mascarpone.
Risotto verde y blanco
Freir medio bulbo de hinojo cortado a juliana, una cebolleta mediana y un pimiento verde pequeño cortados pequeños en un poco de aceite. Cuando estén fritos, añadir un diente de ajo cortado muy pequeño y una cucharada de perejil. Después, añadir dos vasos de arroz. Remover. Añadir medio vaso de cerveza. Cuando se haya reducido, añadir caldo de verduras o agua de poco en poco. Cuando el arroz esté medio cocinado, añadir unos espárragos cortados y un poco de brócoli. Controlar el nivel de sal. Cuando el arroz esté cocido, añadir una cucharada de mascarpone.
Risotto dulce
En una olla poner a hervir cuatro vasos de leche con una rama de canela, una rama de vainilla y la piel de un limón (sólo la parte amarilla). Cuando empiece a hervir, apagar. También, hacer un almíbar con un vaso de agua y seis cucharadas de azúcar. En una sartén, poner un poco de mantequilla y un vaso de arroz. Después de un minuto, añadir la leche poco a poco, unas hebras de azafrán y remover constantemente. Cuando el arroz esté casi cocinado, se le añade el almíbar. Acabar con un poquito de mantequilla y una cucharada de mascarpone, mezclándolo todo en un baño maría invertido. Si queda demasiado espeso, añadir un poco de agua fría hasta tener una textura cremosa. Se sirve frío.
Además del Marisma y del Bomba, varintes usadas en la cocina catalana tradicionalmente, tuve la ocasión de cocinar con el Carnaroli, una de las variedades de arroz ideal para hacer risottos.
Obviamente, lo que cociné fue:
Risotto de mejillones
Cocinar al vapor unos 24 mejillones. Quitarles las cáscaras y colar el agua. Freir una cebolleta mediana y un pimiento verde pequeño cortados pequeños en un poco de aceite. Cuando estén fritos, añadir un diente de ajo cortado muy pequeño y una cucharada de perejil. Después, añadir dos vasos de arroz. Remover. Añadir medio vaso de cerveza. Cuando se haya reducido, añadir unas hebras de azafrán y el agua de los mejillones, agua o caldo de pescado poco a poco. Controlar el nivel de sal. Cuando el arroz esté casi cocido, añadir los mejillones y terminarlo con una cucharada de mascarpone.
Risotto verde y blanco
Freir medio bulbo de hinojo cortado a juliana, una cebolleta mediana y un pimiento verde pequeño cortados pequeños en un poco de aceite. Cuando estén fritos, añadir un diente de ajo cortado muy pequeño y una cucharada de perejil. Después, añadir dos vasos de arroz. Remover. Añadir medio vaso de cerveza. Cuando se haya reducido, añadir caldo de verduras o agua de poco en poco. Cuando el arroz esté medio cocinado, añadir unos espárragos cortados y un poco de brócoli. Controlar el nivel de sal. Cuando el arroz esté cocido, añadir una cucharada de mascarpone.
Risotto dulce
En una olla poner a hervir cuatro vasos de leche con una rama de canela, una rama de vainilla y la piel de un limón (sólo la parte amarilla). Cuando empiece a hervir, apagar. También, hacer un almíbar con un vaso de agua y seis cucharadas de azúcar. En una sartén, poner un poco de mantequilla y un vaso de arroz. Después de un minuto, añadir la leche poco a poco, unas hebras de azafrán y remover constantemente. Cuando el arroz esté casi cocinado, se le añade el almíbar. Acabar con un poquito de mantequilla y una cucharada de mascarpone, mezclándolo todo en un baño maría invertido. Si queda demasiado espeso, añadir un poco de agua fría hasta tener una textura cremosa. Se sirve frío.
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